viernes, 27 de marzo de 2009

15- Natacha

Mientras estaba haciendo la cola para tomar el colectivo, Kika me daba charla al lado mío. Eso es algo que pasa habitualmente, porque cada mañana, cuando salgo para el trabajo, ella también sale para hacer las compras y nos encontramos, un poco por casualidad, un poco por hábito.

Sabés quien viene hoy a visitarme? Natacha, mi amiga de la infancia. Ah! Natacha! si... que me hablaste de ella en muchas oportunidades! Me encantaría conocerla, dije casi como un pedido.

Ah!, a vos te gustaría Natacha, porque también como a mi, a ella le encanta contar historias viejas. Con Natacha nos conocimos cuando yo me mudé al barrio donde ella todavía hoy vive. Todavía éramos chicas, teníamos diez u once años... , estábamos en la edad de jugar en la vereda, como se usaba en ese tiempo. Yo la miraba cómo jugaba con otras nenas, y yo era la nueva, viste? eso siempre te pone un poco incómoda. Me quería acercar, pero no podía, no me animaba. No sé porqué me había llamado la atención justo ella. Creo que porque se reía mucho mientras jugaba. En eso me llama mi mamá y me pide que vaya a hacerle una compra, y como todavía no conocíamos los negocios del barrio... me dijo "Porqué no le preguntás a esa nena donde se puede comprar?" Se vé que mi mamá había estado mirando la escena, y lo hizo para que yo me acerque. Así que, hice eso. Y ahí nomás nos hicimos amigas. Y a qué hora viene? pregunté calculando mi vuelta del trabajo. Ah bueno... eso no se sabe nunca, me respondió la gallega haciendo un gesto con la mano como si corriera el aire de adelante de la cara. Natacha te dice a la una, pero capaz que viene a las tres, o tres y media, porque tarda taaanto para salir de la casa...! Siempre fue igual, cada vez que teníamos que salir a algún lado había que esperar que Natacha terminara de dar vueltas... che ese no es tu colectivo? Ah, si, dije mirando el reloj, pero espero el próximo, todavía es temprano, y por qué tardaba tanto en salir? Y... qué se yo... principalmente por el peinado, cómo le gustaba peinarse! y ahora es igual, ella para ir a comprar se peina media hora, y después recién sale. Cuando éramos chicas que teníamos un grupo de amigos y salíamos los sábados o los domingos... era como un ritual... todos en la puerta de la casa de Natacha esperando que se terminara de arreglar. Qué pesada! jaja. Pero estábamos acostumbrados, ya no nos enojábamos, y le teníamos paciencia. Ahora que lo pienso... y te lo cuento a vos, me pregunto qué tendría de tan importante para Natacha el cabello...

Muchas veces ocurre eso, la gallega se cuelga pensando en algo y se extravía, y ahí se calla. Son los momentos en que me pongo impaciente, porque me asalta la intriga de qué le pasará por la cabeza.

Qué te quedaste pensando, Kika? Y... respondió buscando las palabras, que para la mayoría de las personas es importante el cabello, no? parece como algo natural, pero... también es algo a lo que le prestamos más atención que a otras cosas del cuerpo, a mi me parece. Ah! me acordé de algo!, dijo alegre, cuando yo le decía, che, Natacha, dejate de joder un poco con ese pelo! Ella me contestaba una frase que no sé si era un invento de ella o la había escuchado en algún lado: "El pelo es el marco de la cara" y con eso me cerraba la boca. Pero...

Otra vez se fugaba la gallega en sus pensamientos, y lo malo es que venía el colectivo. Ahí viene el colectivo, me tengo que ir, dije decepcionada, pero qué Kika? qué ibas a decir? Y... que las mujeres nos preocupamos mucho por el cabello, y que quizás es cierta la frase de mi amiga, pero... Los cuadros tienen marco, las puertas tienen marco... recién me doy cuenta de eso, me dijo con los ojos llenos de interrogación, para qué necesita un marco la cara?

Me subí al colectivo sin saber si lo que se preguntaba la gallega era una estupidez, o algo importante y profundo. Che! me gritó Kika desde abajo, pasate a la vuelta a tomar mate, que te presento a Natacha y te contamos alguna historia!
Qué alegría! me fuí contenta esperando que llegue la tarde.

miércoles, 18 de marzo de 2009

14- Sueño con bloggers

(Para entender este relato es necesario haber leído el relato anterior, con sus comentarios correspondientes. Para más información click en los nombres en color)


Venite rápido que te tengo que contar un sueño que tuve, me dijo Kika hoy temprano a la mañana.

Como todavía hace calorcito en Bs. As. está bueno para tomar unos mates afuera, y así estaba Kika, sentada en el jardín de atrás de su casa, con la pava y todo, preparada para contarme. Sentate nomás, que te vas a sorprender. Espero que sea menos enredado que el otro sueño que me contaste, porque...empecé a decir, pero no me dejó seguir hablando, porque empezó directamente con el relato:

"Estoy acá en casa después de que te dí la foto de las sombras, y me quedo acomodando todas las otras fotos de las vacaciones otra vez en el álbum. En eso me toca el timbre el Extraño Desconocido, que viene muy contento a decirme que vamos a iniciar una campaña por internet para develar el verdadero misterio de las almas robadas.

-Todavía no tenemos claro al culpable- dice sin pestañear el extraño- no sabemos si son los fotógrafos, o es alguien más, que está detrás de todo esto.

-Me llamaron??- Dijo JuanRa Diablo saliendo de atrás de una cortina.

Imaginate cómo nos quedamos los dos mirándolo, con un susto bárbaro.

-Nooo, para nada- dije con voz firme- Estábamos acá... comentando una peli que vimos ayer. Nada de importancia, quiere tomar algo?

JuanRa se acomodó la cola que se le había enredado un poco, y sin rodeos me interpeló:

-Quiero comprar un placard.

Dudé un poco, pero enseguida me acordé de una dirección donde venden muebles usados en muy buen estado, y estaba a punto de decírsela, cuando me aclaró con voz salida desde su mismo estómago:

-El placard que Carina Felice tiene en su estudio. Alguien sabe dónde queda?

Me quería morirrrrrrr! Imaginate! yo para despistar lo mandé para el otro lado, pero no sabía cómo hacer para comunicarme con ella de manera rápida! Así que en ese momento se me ocurre una brillante idea. Saco del cajón de los cubiertos un colador que tengo medio agujereado y lo uso para llamar urgente al Soldado Raso. Al minuto ya me estaba comunicando, y él me dió mucha tranquilidad, por suerte. Me dijo:

-No te preocupes Kika, no va a pasar nada! Que Carina cree que en el placard guarda las almas, pero eso no es posible. Porque las almas están en las fotos mismas!

-Vos estás seguro?? mirá que los indios dicen...

-Si, si, ya se lo que dicen. Pero ya te expliqué el otro día. Las almas las podés entrever en la imagen de la foto. Las almas no se pueden guardar en un placard!

-Bueno...- dije buscando al Extraño Desconocido que había desaparecido- me quedo tranquila entonces.

Cuando me dispongo a descansar de todo ese lío, sale de no sé donde Yágoda , que viene muy apurada con un libro de un fotógrafo famoso, para mostrarme unas imágenes que le había pedido. La detengo antes que lo abra, casi a los gritos:

-Pará! no me muestres nada! no sabés lo que pasó??

Le cuento la historia, y entonces ella con su buena onda de siempre, me toma la mano y de dice:

-Mirá gallega, me parece que estás exagerando un poco, como siempre. Estuve recién con El corazón de Atalanta y me confesó que fue a ella a la que se le ocurrió la idea de que los fotógrafos son los que se roban el alma, pero que fue una idea. Nada más que una idea. Además a ella también le gustan la fotos... y sobre todo las fotos de personas!

Fue al costado derecho del piano donde sonó una tosecita masculina, y ahí ví que estaba impersonem, misterioso como siempre, envuelto en un aura luminosa.

-A mi no me preocupa este tema- Dijo muy tranquilo- yo soy sólo alma. Mi cuerpo no sale en las fotos.

-Hacés bien, le contestó Pichiri saludando desde atrás de la biblioteca. No tenemos que preocuparnos para nada por ésto!! nuestras almas estarán a salvo mientras las alimentemos con buenas palabras, y sobre todo con palabras escritas!!

-Uff! qué cansada que estoy... me quiero ir a dormir- dije yo pasándome la mano por la frente.

La verdad es que sentía un agotamiento... como si hubiera estado corriendo de acá para allá. Miro para arriba, como resoplando, y veo a la Magah que me dirige una mirada dulce y me dice:

-Kika, vos ya estás durmiendo, esto es solamente un sueño. Descansá tranquila."
Ahí termina el sueño. Hoy me levanté y pensé enseguida en contarte. Me parece que esto del blog me está haciendo mal.

No supe qué contestarle a la gallega, pero enseguida me vino una idea que ya había pensado antes y no se la había comunicado: No creo que te haga mal lo del blog, le dije. Al contrario, nos estamos empezando a encontrar con que los bloggers pueden ser, sin querer, quienes completan nuestras historias. Eso está buenísimo!! sonrió Kika, ahora sí que vale la pena.

miércoles, 11 de marzo de 2009

13- Fotos indirectas

Ni loca me saco fotos directas!! No sabés que las fotos te roban el alma? Eso hay que aprenderlo de los indios, ellos son los que más saben de almas, y sobre todo de almas robadas.

Al principio pensé que Kika me estaba haciendo uno de sus chistes, y por eso recibí el comentario con una risita, pero al seguir pasando las fotos del álbum de las vacaciones me di cuenta que la gallega hablaba en serio. No era posible ubicar ninguna foto en la que estuviera ella, ni de cerca ni de lejos. ¿Cómo fotos directas? ¿Hay fotos indirectas? le pregunté con un dejo burlón, Y claro, mirá ésta por ejemplo, dijo dando vuelta rápidamente las hojas. Acá estamos Pedro y yo, ves?








Confieso que me quedé muda. No sabía qué decir, porque la foto me había encantado, pero lo que más me sorprendía era que aquella era la prueba de lo que estaba escuchando! Realmente Kika se había dejado tomar una foto a condición de que fuera indirecta!! Pero a quién se le ocurre, Kika!! esa idea de que las fotos te roban el alma! Y Pedro, qué dice de ésta locura? Porque fotos de él hay a montones... Si, si, si, vos reíte. El también se ríe de eso, me dice que es una idea ridícula, pero mirá, una cosa es la sombra del cuerpo, y otra es el cuerpo. Yo te pregunto: si vos ves una sombra y no ves el cuerpo, y no sabés de donde viene, podés reconocer al dueño? Y... no sé. Creo que no, dije tratando de descifrar a dónde nos llevaba este razonamiento. Bueno, continuó ella, entonces si ves una foto de la sombra de alguien... menos vas a poder identificarlo, no? Y, claro, me parece lógico que no, acepté. En cambio si ves una foto del cuerpo de alguien... enseguida sabés que es de esa persona, no? Sabés por qué? Y, porque la veo, le dije, porque veo las formas, los rasgos... todo eso... Mientras que me daba su explicación, Kika empezó a sacar del álbum fotos de Pedro y a colocarlas sobre la mesa, todas en una prolija hilera. Entonces me miró a los ojos profundamente y sentenció: Esto es mas serio de lo que vos pensás, así que andá borrándote esa sonrisita que tratás de contener porque cierro la boca y esto queda acá. La verdad que la sonrisita se me borró de golpe, porque entendí que para la gallega lo que estaba explicando tenía el valor casi de un asunto de vida o muerte. Enseguida terminó de acomodarlas y entonces me preguntó: Cuál es Pedro? Y... todos, dije con miedo. Todos? Cómo Pedro que es UNO va a ser TODOS?? Bueno... entonces ninguno, dije a ver si acertaba. Y éste quién es?, me dijo ya empezando a divertirse a mi costa. La miré desconcertada, alguna vez me gustaría saber de dónde le salen estos disparates a esta gallega. Bueno, dale, qué me querés decir, le dije por fin. Perdoná, perdoná, me pidió Kika humildemente, es que vos a veces me causás una gracia... Está mas claro que el agua che, no sé como no lo ves. Vamos de nuevo: tenemos el cuerpo y tenemos la foto del cuerpo, no? Si, dije convencida, bueno: y el alma? Te das cuenta? vos me sacás una foto, pero la foto no soy yo, por qué? porque en la foto no está mi alma. Pero vos ves la foto y decís que soy yo. Y mi alma? dónde fue a parar?? Por eso los indios no se dejan fotografiar, porque nadie puede contestar esa pregunta. Yo por las dudas prefiero las fotos de mi sombra, total... las sombras seguro seguro que alma no tienen.

sábado, 7 de marzo de 2009

12- Remedio casero

Al final, Kika volvió de vacaciones sin que me diera cuenta. Resulta que estuve tratando de ubicarla por teléfono y nunca lo conseguí, porque algo pasaba con los benditos celulares que cuando ella atendía comenzaban a sonar esa serie de pitiditos raros que te perforan el oído y ahí nomás se cortaba. Solamente una vez pude hablar con ella, pero fue una conversación muy corta, insignificante, así que decidí no pasarla al blog, ya que hablamos acerca del clima, la playa, la arena...hasta que la gallega de pronto se sintió un poco ofuscada por mis insistentes preguntas y me recordó: che, mirá que estoy de vacaciones eh... vos no me estarás queriendo sonsacar algo para después escribirlo, no? Respetá un poquito el descanso ajeno, por favor!
Me dió un poco de vergüenza al verme descubierta en mi intención, ya que en realidad no la había llamado con otro fin que ése, el de robarle algún relato por teléfono. Y bueno, finalmente llegó el día en que volvió, y me enteré de casualidad en la verdulería. A última hora, cuando los negocios están casi por cerrar, se me ocurre que me falta tomate para ponerle a la ensalada, y un poco de albahaca (la ensalada con tomate y albahaca me mata). Entro a la verdulería, que tiene un montón de cajones alineados con un arte increíble, y me la encuentro a la gallega en cuatro patas juntando en una bolsita todas las cáscaras de cebolla que había desparramadas por ahí. Qué hacés Kika?!, le digo en medio del asombro, ahora trabajás en la verdulería??
Por suerte había otras dos personas que estaban comprando, así que esto me dió tiempo para cruzar algunas palabritas con ella, que se incorporó con una sonrisa brillante al momento de oírme, y me soltó un: Hola ché, tanto tiempo!! Me dió un cálido beso y como si estar agachada entre los cajones juntando desperdicios fuera lo mas normal del mundo, siguió haciendo su tarea. Estoy un poco apurada, así que perdoname que no te lleve mucho el apunte, me dijo sin mirarme. Recién llego de la costa y me encuentro con que está Lucrecia en casa tocando el timbre, y tiene un problema bárbaro la pobre. Resulta que la hija que antes era tan rubia... te acordás de la hija de Lucrecia? la rubiecita... Si, si, qué le pasa? Y... no sé con qué champú se lavó el pelo y se le empezó a oscurecer. Una desgracia! Con ese pelo tan hermoso que tenía, que hasta parecía que reflejaba el sol de tan dorado!!
Mientras me decía esto, Kika cada vez mas se esforzaba en estirar sus brazos para alcanzar las últimas cáscaras de cebolla que habían ido a parar abajo de los cajones de los zapallitos. Yo me la quedé mirando, y pensando para mis adentros cómo puede ser que esta Kika siempre tiene que salir con alguna cosa rara. En eso se levanta y le pregunta al verdulero: le debo algo?? con éstas ya creo que me alcanza... el verdulero con una media sonrisa le contesta que no, que vaya tranquila, que le hizo un favor porque le quedó el suelo bien limpito. Así es como yo salí también atrás de ella sin mis tomates y sin mi albahaca, siguiéndola de cerca porque no me iba a quedar sin saber de qué se trataba aquello. Y para qué es todo eso?, qué tiene que ver la cebolla con el cabello de la hija de Lucrecia? Ah! no me digas que no sabés que el cabello se aclara si te lo lavás con un té de cáscaras de cebolla... Hay que hervir bien bien la cebolla, hasta que el agua toma un color entre dorado y rojizo, viste?... y después con eso te enjuagás. Eso me hacia mi mamá cuando era chica, y así me duró bastante el pelo rubio...che, vos serás muy culta, pero de remedios naturales ni jota! Vas a ver, en pocos días tenemos a la hija de Lucrecia tan rubia como antes.
La verdad es que era la primera vez en mi vida que escuchaba ese remedio (?) para solucionar el oscurecimiento del cabello, pero además de lo novedoso del asunto, me quedé otra vez con esa sensación de... la sensación que casi siempre me produce encontrarme con Kika.